“La imposibilidad de poder ver mejor las imágenes que, en cierto modo, se desvanecían ya al aparecer, dijo Austerlitz, me condujo finalmente a la idea de encargar una copia a cámara lenta (...), en ese documento, cuatro veces más largo, que desde entonces he visto una y otra vez, se veían cosas y personas que hasta entonces se me habían ocultado.
(…) se mueven en una especie de mundo subterráneo, por decirlo así, a profundidades aterradoras, a las que jamás ha descendido ninguna voz humana.” Sebald