
Imagine a country.








Las culturas nacionales están compuestas no solamente de instituciones culturales, sino también de representaciones y símbolos. Una cultura nacional es un discurso, una manera de construir significados, éstos están contenidos en las historias que se cuentan sobre ella, las memorias que conectan su presente con su pasado, y las imágenes que de ella se construyen, también a través de los símbolos que la representan: la bandera. Como sostuvo Benedict Anderson (1983), la identidad nacional es una “comunidad imaginada”: las diferencias entre las naciones yacen en las distintas maneras en que ellas se imaginan.
Pero, ¿Qué estrategias representacionales se utilizan para construir nuestros “sentidos comunes” de pertenencia o identidad nacional? ¿Cuáles son las representaciones de, por decir, “Aragón”, “Valencia”, “Catalunya”, etc., que define las identidades de los “aragoneses”, “valencianos”, etc.?
Para incitar a la reflexión sobre este tema y, tal vez despertar una polémica, siempre desde el ámbito de lo simbólico y, por tanto desde la creación artística; mi propuesta es un juego combinatorio –casual o buscado- con una disposición cambiante con cada nueva instalación, de un mosaico de baldosas dispuestas sobre una peana baja o sobre el mismo suelo. Cada baldosa alude a uno de los símbolos más identificativos de la nación: la bandera. Pero es una bandera alterada, construida desde la combinatoria de colores y formas, como un juego compositivo que se potencia al disponerla en el mosaico. Así, con cada nueva disposición, adquiere nuevas configuraciones, nuevos significados ad infinitum. La obra pretende ser una metáfora plástica de la creación de la identidad nacional a través de su símbolo más representativo: la bandera. La bandera de un país imaginado por cada uno de nosotros. Start the game…
Imagine a country








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