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FOTOGRFIA CONSTRUIDA

 

Una tendencia de la fotografía de finales del siglo XX es aquella que se presenta como una imagen plana pero que refleja construcciones tridimensionales, es decir, como medio de representación de trabajos que podrían no haber requerido necesariamente de la toma fotográfica para construir la obra de arte propiamente dicha.

Estos artistas rompen con el concepto de foto directa o Instante decisivo (1) y se convierten en auténticos directores de escenografía de una realidad ficticia, artificial y manipulada.

Dos de los principales representantes de esta corriente, conocida como fotografía construida o fotografía escenificada son Jorge Ribalta y Chema Madoz.(2)

El primero de ellos podría integrarse en una corriente que agruparía a artistas, tales como Laurie Simmons o David Levinthal, que trabajan con muñecos en miniatura que realizan labores cotidianas o interpretan diversas y peculiares escenas. Tendencia conocida como escenas de miniaturas , donde no se eligen actores para representar falsas escenas espontáneas, sino que estos se sustituyen por ficticios actores de plástico.

Otros artistas que emplean sustitutos de miniatura son Ellen Brooks, Tom Drahos y Pat Place. Para todos ellos la fotografia es un artefacto cultural: ni la naturaleza ni la realidad residen en la imagen. Todos ellos tienen la necesidad de inventar estrategias de distanciamiento, de poner entre paréntesis, y así poder examinar, las convenciones de la representación.

Numerosos son los autores que construyen su estrategia de obra en torno al cuestionamiento de la realidad atribuida a la imagen fotográfica, poniendo en juego los factores de credibilidad (histórica) del medio y la credulidad (cultural) del espectador

A pesar de la perfección icónica y del estatus indicial de la fotografía, constatamos que existen demasiadas fisuras para hablar de plena objetividad en la representación visual del mundo. Esto, sumado a la ya mencionada credibilidad del medio y credulidad del espectador, se transforma en un verdadero “caldo de cultivo” para que algunos artistas exploren en torno a las problemáticas que plantean estos temas. Algunos de los artistas que trabajan en esta línea son: Jeff Wall, Iroshi Sugimoto, Thomas Demand, Joan Fontcuberta, etc.

La obra de Joan Foncuberta  es una revisión en torno a las temáticas de realidad y ficción. Pero nos centraremos en el trabajo del artista alemán Thomas Demand ( nacido en Munich, en 1964), en sus trabajos de maquetas fotografiadas, (re)construye literalmente espacios tomados de imágenes aparecidas en medios de comunicación, estableciendo así, un discurso en torno a las nociones de apariencia, realidad, representación y verdad. De esta forma, evidencia la falsedad y artificialidad de la información basada en la imagen, que los medios de comunicación normalmente utilizan, amparados por la credulidad del espectador y la idea de supuesta “veracidad” histórica que el medio fotográfico tiene, sustentado por su perfección icónica y por su condición de huella (índice).

“A través de los grandes formatos, el espectador es virtualmente incluido en la escena, es integrado al espacio representado, para convertirlo en cómplice o “víctima” de la ficción. En sus construcciones, Demand recrea, pone en escena, a sus referentes que son, por un lado, la imagen en sí, con todas sus características, reducciones y ambigüedades, y por otro, los medios de comunicación, con toda su carga ideológica. No es la realidad lo que quiere mostrar, sino la realidad mediatizada, la imagen de la imagen, una puesta en abismo, sólo evidenciada por la extrañeza que produce la asepsia de sus fotografías, la pulcritud de las superficies y ausencia de ciertos detalles. “ (3)

 

En el caso de Ribalta, pretende engañar al espectador  y hacerle creer que la imagen ha sido tomada de la realidad. La voluntad del artista es transmitir al espectador la ilusión de una auténtica escena de hombres reales, un efecto acentuado por el cromatismo de la fotografía, en un brumoso blanco y negro.

 El objetivo del trabajo es recabar información sobre los dos líneas que he detectado dentro la fotografía escenificada: aquella que utiliza escenas de miniaturas y aquella otra que construye maquetas a escala o a tamaño real. Tanto una como otra suponen un cuestionamiento de los modelos de representación y se imbrican en la tendencia que cuestiona la fotografía como modelo de verdad.

 

 

 

 

(1). En la actualidad, y ante las evidencias históricas, se hace necesario analizar y cuestionar el concepto de “instante decisivo”, formulado por Cartier-Bresson. Este autor manifestaba que no le interesa la fotografía confeccionada o escenificada y que “...Hay quienes toman fotografías previamente compuestas, y hay quienes descubren la imagen y la atrapan” (Cartier-Bresson, 1991). Bajo este prisma, la credibilidad documental descansa en la premisa de la no intervención en el registro fotográfico, es decir, que se trata de un lenguaje que se estructura dentro de “códigos de objetividad”. En contraposición a la idea de “instante decisivo”, artistas como Jeff Wall y Phillip Lorca-diCorcia, proponen una revisión deconstructiva con la figura de “instante construido”, buscando sus referentes en la historia del arte, la pintura, la fotografía, el cine, los medios de comunicación y la publicidad.

 

(2)CABAÑAS BRAVO. MIGUEL. Ed. El Arte Español del siglo XX. Su perspectiva al final del milenio.  La hibridación de la fotografía y el arte actual en España. (1970-2000) LAURA BRAVO.

 (3) GRONEMEYER C. Jorge. Fotografía: entre la ciencia y el arte, entre la realidad y la ficción. Valparaiso. 2008.

 

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